Morelia, Mich., 15 de agosto del 2012.- El estado de Michoacán como poseedor de un amplio mosaico de arte plástica, sus posibilidades para hacerlo crecer y las dificultades para difundirlo, son parte de las reflexiones surgidas durante la charla “Pintura persistente”, sostenida entre cuatro representantes locales de esta disciplina: Alfonso Villanueva, Rafael Flores, Janitzio Rangel y Fernando Motilla, en la cuarta edición del ciclo Diálogos Intergeneracionales.
Al tomar como referente las obras montadas en las salas del Museo de Arte Contemporáneo “Alfredo Zalce” (MACAZ), representativas de 80 artistas michoacanos, destacaron el carácter multifacético de los exponentes y su diversidad de estilos. Esta diversidad de propuestas donde parecen recurrentes los paisajes y las costumbres de los pueblos indígenas, coincidieron, significa un punto a favor de la plástica en Michoacán
“Lo veo como un factor de crecimiento, no como una falta de cohesión”, reconoció Rafael Flores, respecto a la variedad de propuestas. Sin embargo, agregó, “el riesgo puede ser la dispersión, aunque por ahora no vemos las tendencias específicas pero dentro de unos 30 años sobresaldrán ciertas líneas”.
Janitzio Rangel retomó la reflexión sobre la diversidad creativa para abundar respecto a la carencia de público para la pintura, galerías y mecenas. “Enfrentamos dificultades para la formación de mercados y circuitos de difusión de las obras. Si aun no se ha formado el rostro de la producción plástica en el Estado, es más difícil encontrar gente que llegue a comprar una pieza”, evaluó. “El mayor éxito comercial en la ciudad de Morelia fue alrededor de la figura de Alfredo Zalce. Ahora, tenemos que crear público que busque las obras, necesitamos galeristas serios que orienten a los compradores”, añadió.
En este contexto, los pintores combinan sus actividades con la docencia y la capacitación a nuevos valores, ya que los pocos esfuerzos emprendidos por personas de la iniciativa privada para abrir foros de exposición en la capital y poner a la venta las obras, han durado poco por falta de compradores, expresaron convocados por el moderador del diálogo Juan Carlos Jiménez Abarca.
Para debatir la funcionalidad de una obra de arte y una artesanía, Alfonso Villanueva insistió en el carácter utilitario que marca la diferencia entre ambas piezas. “Una obra artesanal tiene una finalidad funcional, utilitaria, mientras que el arte es una creación humana en su más puro concepto, se trata de una obra única e irrepetible”.
En el arte se abre un espacio de creación cultural donde el artista “se entrega, da respuesta a sus pasiones, y es donde maneja su propia realidad con tintes de su michoacanidad”. Porque en el estado, el arte es testimonial, se retratan pasajes de la historia, momentos de las tradiciones vividas y personajes comunes de lo cotidiano.
Entre otros tópicos abordados por los participantes en la tercera charla de “Diálogos Generacionales”, Fernando Motilla habló de las nuevas tecnologías y su uso en la plástica local. “Siempre va a influir en el artista su entorno inmediato, es demasiada la información que nos rodea y, hay que estar atentos, en mi caso, pendiente para conocer y visitar exposiciones con quienes veo paralelismo y ver qué aportan”.
Su trabajo, estilo figurativo, lo ha llevado a utilizar desde aerógrafo hasta proyectores. “Aunque estoy experimentando con otras cosas, es la pintura lo que siempre me da lo que quiero. Pero sí me atraen medios técnicos alternativos para elaborar a mi pintura y me apoyo en la fotografía, sólo que los elementos nuevos de intervención no hacen contemporánea a una obra”, declaró.
Como parte de las charlas para comprender mejor la exposición “Cronografía visual en Michoacán”, montada en el MACAZ, este jueves a las 18:00 horas se realizará el panel “ Luz y volumen” con la participación de los artistas Stanley Schumaker, Guillermo Wusterhaus, Cuauhtémoc Castañeda y Ricardo Zambrano. La entrada es libre.