Avanza el FIOM 2015 con homenaje a Domingo Lobato

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Héctor Manuel Salcedo, organista

Comunicado de Prensa (058/2015)
  • El segundo concierto de la serie organística moreliana se dedicó a las aportaciones de Jalisco en el siglo XX.

 

Morelia, Mich. 4 de diciembre de 2015.- Una mezcla entre la música mexicana ejecutada por jóvenes, y compositores ya desaparecidos pero de aportaciones relativamente recientes, es la que integró el segundo concierto del Festival Internacional de Órgano de Morelia Alfonso Vega Núñez en su edición número 49, ofreciendo su propio espacio a la organística jalisciense de nuestros días.

El concierto en cuestión estuvo a cargo del organista de la Catedral Metropolitana de Guadalajara, Héctor Manuel Salcedo Becerra; junto al fagotista Juan Carlos Villaseñor Patiño; el oboísta Miguel Medina; y el ensamble vocal masculino Vivace.

Juntos desarrollaron un programa que en momentos se antojaría con visos nacionalistas, aunque no en la acepción estética del término sino en su parte geográfica, debido a que se recurrió a autores del occidente nacional en su mayor parte.

Así, se abrió con una Misa escrita por Domingo Lobato, compositor fallecido hace no más de tres años y quien guardó una relación estrecha con la ciudad de Morelia a través de la entonces Escuela Superior de Música Sacra, hoy Conservatorio de las Rosas, y en la que cultivó amistad con Alfonso Vega Núñez antes de partir a la ciudad de Guadalajara en la que se convirtió en un referente obligado para la pedagogía, la composición y la ejecución de conciertos públicos.

La secuencia de obras presentadas por los músicos invitados fue en realidad una intercalación de piezas diversas, divididas por las partes de la Misa escrita por Lobato; de esa manera, el Kyrie Eleison con que inicia el oficio religioso después del Canto de Entrada, es seguido de una pequeña balada sin palabras llamada Visiones de Otoño.

La obra original de Héctor Manuel Zalcedo Becerra, el organista invitado como segundo concertista de la serie, intenta conformar un diálogo entre el órgano en registro dulce con el fagot a través de un tema de cuatro compases y desarrollo mesurado por medio de secuencias ascendentes y descendentes, aunque en algún punto el diálogo se convierte en monólogo cuando el peso melódico recae en el fagot y el órgano adopta la postura de acompañante para fabricar homofonía.

Luego de un Laudate de Domingo Lobato y que formó parte de la Misa ya mencionada, el genio de Johan Sebastian Bach se acercó una vez más al festival organístico moreliano por medio de una sonata para oboe y órgano en la que el trabajo de Miguel Medina resultó limpió en la digitación y exacto en su altura, aunque con una propuesta no esperada en lo que se refiere al fraseo y basada en acentuaciones notables que dieron nuevos ritmos a las frases, además de mantener la ligadura en intervalos mayores incluso a la quinta justa, algo que no es común en el sistema interpretativo aplicado en nuestra época al estilo barroco.

El concierto siguió su curso aunque la séptima obra del programa llamó la atención por pertenecer a un compositor realmente desconocido en tierras michoacanas a pesar de ser oriundo del vecino estado de Jalisco, el religioso fray Octavio Michel Corona (Autlán, 1928), de quien se ejecutó una tocata para órgano que en algo recordó el estilo francés, sobre todo el de Widor pero especialmente el de Saint Saenz por su forma ecléctica de fundir arte, ciencias ocultas, naturaleza y filosofía.

El concierto en puerta es el programado este viernes por el organista titular de la Basílica de Guadalupe, Alex Méndez, acompañado por la Orquesta Sinfónica de Michoacán bajo la dirección de Miguel Ángel García, a las 21:00 horas en la Catedral de Morelia; mientras que seguirá el del próximo martes 8 de diciembre con la participación del moreliano José Netzahuacóyotl Pineda y el Coro de Infantes de la Catedral de Morelia, a la misma hora y en el mismo lugar.

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