Morelia, Mich., 09 de septiembre del 2012.-Dos montajes que exponen estilos de baile distintos pero envolventes en un mismo propósito para expresar a través del cuerpo las sensaciones y sentimientos más sublimes del ser humano, se presentaron con los títulos “La habitación de las mariposas” y “Obsidiana en el umbral”, por los grupos El Volantín y Ollin dentro de la Muestra Estatal de Danza Contemporánea.

El Foro La Bodega fue nuevamente el escenario de esta actividad donde se dieron cita personas practicantes de la danza y gustosos del arte en movimiento para apreciar las propuestas de ambos grupos locales. La función dio inicio con la coreografía de la directora Ana Carla Contreras García, musicalizada por una pieza electrónica de la autoría de Iván Paredes Piñón.

“La habitación de las mariposas” donde danzan Alina Mejía Almonte, Michelle Alejandra Villaseñor Martínez y Elizabeth Gómez Gómez y la propia coreógrafa, es el espacio para utilizar todos los elementos corpóreos apoyados por los lenguajes no verbales para evocar historias sucesivas de manera individual  en conjunto con los personajes.  

 “¿Qué sucedería si uno pudiera deshacerse de los recuerdos? ¿Qué sucedería si te dieras cuenta que sólo has vivido un sueño? ¿Qué sucedería si pudieras alimentarte de las memorias del otro?” son los planteamientos centrales de una obra donde parece transmitir el  sufrimiento para resolver dichas preguntas.

Movimientos sencillos de cada participante, sólo por momentos se tornan colectivos y varias cargadas, caracterizan la puesta donde las mariposas al final quedan inertes, al parecer sin vida, después de sostener una lucha inagotable por prolongar su existencia.

Para la segunda parte del programa, Adriana Delgado Ramírez mostró su obra “Obsidiana en el umbral” con la que invita a recordar los orígenes de la danza como un ritual necesario para armonizar la relación del cuerpo con su entorno inmediato.

“Para mi, más que un espectáculo es retomar esta esencia  y compartir con el público la experiencia que viví en mi proceso de sanación cuando me enfermé de cáncer cérvico uterino; proceso en el que aun continuo y con el que adquirí el compromiso y el gusto de transmitir los caminos de sanación que se encuentran en el interior de una misma”, es el comentario de la autora sobre este trabajo.

Ofreció entonces la función para todas las personas que han padecido la enfermedad del cáncer y acompañada de la voz de Ligia Mazariegos Ramos interpretó su propio personaje con temas sonoros de Brian Eno, Louis Amstrong, Enigma, Flairck y Jardin de Andaluz.

Los momentos de incertidumbre para aprender a asumir la enfermedad, el proceso de hacerle frente que semeja cada vez más largo, la entrada a un mundo desconocido donde se lucha contantemente por sobrevivir y, una luz al final del túnel que invita a salir victorioso, son las constantes en la trama narrada a través del baile y la oralidad.

La puesta es un diseño visual con escenografía y utilería de Alejandro Delgado y con audio e iluminación a  cargo de Jorge Manuel Wagner Delgado; en la realización de vestuario estuvo como encargada Venus Esmeralda Solorio y en fotografía, Miriam Domínguez de Paleo.