Las expresiones de la cultura michoacana cautivan a miles de personas

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  • Habitantes de Morelia y del interior del estado, así como turistas nacionales y extranjeros, abarrotan la plaza Valladolid, para disfrutar de la presentación de 250 artistas y ser testigos de la entrega de reconocimientos a los artesanos ganadores de concurso convocado por el IAM.

Ante miles de personas que se congregaron en la plaza Valladolid de Morelia, se presentó la Kuinchekua (Fiesta Grande), con la participación de 250 artistas, entre integrantes de grupos de danza y de ensambles musicales provenientes de las etnias purépecha, mazahua-otomí y náhuatl que habitan en el estado, además de los colectivos interculturales, en un evento organizado por la Secretaría de Cultura de Michoacán (Secum), con el propósito de mostrar las más auténticas manifestaciones de la cultura de la entidad.

El evento inició con la entrega de reconocimientos a los artesanos michoacanos que participaron en el Concurso Estatal de Artesanía para Maestras y Maestros Artesanos, convocado por el Instituto del Artesano Michoacano (IAM).

La ganadora del primer lugar fue Martina Navarro González, maestra artesana de Uruapan, por su pieza de maque incrustado, haciéndose acreedora a un premio 20 mil pesos.

El segundo lugar, con un monto de 15 mil pesos, fue para el maestro artesano José Guillermo Correa Velázquez, de Santa Clara del Cobre, quien elaboró un gabán de color blanco con greca, en la rama de textiles de lana; mientras que el maestro artesano de Paracho, Arnulfo Rubio Orozco, obtuvo el tercer lugar, con una guitarra de concierto y su premio fue de 10 mil pesos.

Los galardonados recibieron sus respectivos premios de manos del titular de la Secum, Salvador Ginori Lozano; de Raúl Omaña Lelo de Larrea, director de Cultura municipal quien asistió con la representación del alcalde de Morelia, Alfonso Martínez Alcázar; y del director del IAM, Marco Antonio Lagunas Vázquez.

Luego de la ceremonia de premiación se empezaron a escuchar los acordes de la Banda Ecor de Tingambato, que de inmediato prendió el ánimo de los asistentes.

La misma banda acompañó a Los Paloteros de Puruándiro, que en perfecta sincronía representaron esta danza única por sus movimientos cadenciosos ejecutados con solemnidad y gallardía, que van evolucionando hasta entrar en una férrea lucha.

Luego tocó su turno a la danza Kuatli, o del águila, una de las más representativas de la cultura náhuatl, proveniente de la comunidad de Ostula, municipio de Aquila, conservada por Carlos Sebastián Flores, a la que le siguió el grupo de minueteros de la misma región.

De ahí, los grupos de danza y música de la comunidad de Crescencio Morales, a cargo de Leonardo Reyes, trasladaron a los asistentes hasta el Oriente michoacano para admirar la sencillez y fuerza de la cultura mazahua.

Ante las cientos de familias congregadas en la plaza, hizo acto de presencia La Topa de Tiríndaro, fiesta que se desarrolla luego de una conmemoración patronal pagano-religiosa, preservada por Eleazar Palmerín Reyes.

Ante el beneplácito del público proveniente de estados como Querétaro, Guanajuato, Jalisco, de México y de la Ciudad de México, siguió en el programa la actuación de la Banda Los Morales, de la comunidad de Capacuaro, perteneciente al municipio de Paracho.

Una de las danzas michoacanas más conocidas en el mundo es sin duda la de Los Viejitos de Jarácuaro, que no podía faltar en esta muestra de cultura y talento que también fue observada por turistas extranjeros que han llegado a Michoacán desde Canadá, Argentina, Estados Unidos y Alemania, entro otros países.

También estuvieron presentes los eventos que se realizan tradicionalmente en fechas establecidas o del calendario religioso, como es el caso de las Aguadoras de Uruapan, en el que participan un grupo de jóvenes que luchan por preservar su identidad.

Enseguida aparecieron en el escenario dos personajes: la Maringuía y el Tarepetí, quienes encabezan la danza de Los Kúrpites, de San Juan Nuevo Parangaricutiro, tan  arraigada en su demarcación, que cada 7 de enero convoca a decenas de grupos en una reñida competencia local.

El dueto Sierra-Galván, originario de Charapan, hizo vibrar las fibras más sensibles de los asistentes al interpretar una serie de pirekuas, canciones en purépecha, definidas como el alma de la etnia, lo que distingue a este grupo poblacional y, para fortuna de los michoacanos, declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Es precisamente este dueto el que interpreta la pirekua dedicada al Papa Francisco, quien el próximo martes arribará a Michoacán.
En esta gran fiesta michoacana que a cada momento arrancó calurosos aplausos del público también participó el grupo Purembe, del maestro Francisco Bautista, músico y compositor que a lo largo de su carrera ha puesto en alto el nombre de Michoacán.

El contraste se hizo notar con la música y baile bravío de la Tierra Caliente, a cargo de Los Carácuaros, acompañando a los bailadores de Tabla, quienes conquistan a la pareja por sus dotes de danzantes. Después llegaron al escenario Los Halcones de Coalcomán, también con sus bailadores, alegres y jacarandosos.

Para seguir en la región terracalentana llegaron a la Plaza Valladolid los Caballos Bailadores de Huetamo, comandados por Erick Báez Vargas. Jinetes y equinos hicieron gala de sus aptitudes artísticas, dominando la escena con maestría.

En una fiesta michoacana no puede faltar el Torito de Petate, el tradicional, el de Charo, municipio de la zona central que ha ganado fama por la celebración de su martes de carnaval en el que participan decenas de toritos de diferentes demarcaciones, grandes y pequeños, que hacen el deleite de los asistentes.

Y si de grandes hablamos, hay que mencionar a Los Tlahualiles de Sahuayo, con sus coloridas máscaras-penacho, que utilizan para representar la lucha entre el bien y el mal; el bien que es encarnado por Santiago Apóstol, quien al final resulta victorioso.

La grandeza no terminó ahí. Desde los diferentes ángulos de la plaza Valladolid se empezaron a observar gigantescos personajes. Eran las Mojigangas de Pátzcuaro, las que de manera implícita nos hablan de la grandeza de Michoacán, de la riqueza de su cultura y del amor y orgullo con que la muestran al mundo.

Finalmente, el escenario flanqueado por delicados adornos elaborados por artesanos de Patamban fue invadido por todos los participantes en la fiesta, misma que fue coronada por una lluvia de juegos pirotécnicos elaborados en Indaparapeo y que cerró con broche de oro esta fiesta, que quedará grabada en la mente y los corazones de los asistentes.

Cabe mencionar que entre los asistentes hubo funcionarios de los gobiernos estatal y municipal directores de medios de comunicación y representantes de los diversos sectores de la sociedad.

 

 

 

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