La estadística no incluye a los espectadores vía Internet, aunque muestra el interés creciente del público mexicano, señala Carlos Zapién.
Zamora, Mich., a 9 de septiembre del 2012.– Con la presentación de la ópera de temática infantil La Cenicienta, como obra enviada por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) bajo el programa Niños, Manos a la Opera, el Festival Internacional de Ópera y Canto Ars Vocalis México superó los 15 mil asistentes a 35 presentaciones gratuitas ofrecidas por 25 maestros internacionales y 70 alumnos atendidos este año, según los informes estadísticos preliminares.
El director artístico del festival académico anual que tiene como sede al municipio de Zamora, Carlos Zapién, informó que las tres semanas de educación operística que se llenó con docentes de Estados Unidos y Europa, tuvieron como aportación pública los 15 conciertos gratuitos que después se replicaron en escenarios de Morelia, Nahuatzen, Jiquilpan, Uruapan y Pátzcuaro, hasta completar el número de 35.
En cuanto al nivel de asistencia, Zapién señaló que Zamora fue la ciudad que más concurrencia atrajo, pues el Teatro Obrero mantuvo una afluencia promedio de entre 700 y 750 personas por presentación, aunque hubo algunas, como los recitales de los tenores mexicanos Francisco Araiza y Javier Camarena, ofrecidos por separado, así como el de los contratenores Michael Chance y Santiago Cumplido, hecho en mancuerna, y las óperas Elixir de Amor y Bastián y Bastiana, que llenaron los 850 asientos disponibles en el recinto.
Lo anterior se refiere sólo al público que observó las actividades de forma presencial, pues algunas de ellas se transmitieron a través de la Internet en tiempo real y los contadores de la página electrónica marcaron un promedio de 3 mil 500 espectadores a distancia por cada una.
Lo anterior, aseguró Carlos Zapién, es una muestra mínima pero representativa del grado de aceptación que tiene la ópera y el canto especializado, como el lied y el oratorio, entre el público mexicano y especialmente en comunidades indígenas, como Nahuatzen, además de municipios que todavía no son considerados como epicentros culturales, como Zamora, y que a pesar de eso manifiestan un interés creciente hacia las expresiones artísticas más depuradas al abatir la vieja y errónea creencia que insiste en que la ópera es un arte reservado a los grupos de élite, sin tomar en cuenta que su lenguaje y elementos son comprensibles para todos gracias a su carácter universal.